Uno de cada 3 jóvenes se ha autolesionado como reacción al malestar emocional

Julia (nombre cambiado) tiene 20 años y está intentando salir de un infierno. Hace cosa de un año que no se autolesiona, pero estuvo más de tres años infligiéndose dolor. “Nadie que no lo haya vivido puede comprender, ni de lejos, lo complicado que es salir de ahí. Yo todavía no le veo sentido a la vida, sigo viviendo para ver si consigo cogerle el sentido”, explica. Aunque el de Julia es un caso extremo, el fenómeno de las autolesiones entre los adolescentes y jóvenes es absolutamente habitual, alertan los especialistas, que instan a tomar medidas de forma urgente.

“Nos autolesionamos porque nos odiamos a nosotros mismos y no pensamos en nosotros”, argumenta Julia. “Es como una adicción, sientes una liberación en aquel preciso instante, pero después te arrepientes”, precisa. Según estimaciones del Grupo de Estudio y Tratamiento de la Autolesión (Greta) a partir de diversos estudios realizados desde el 2017, aproximadamente el 30% de los jóvenes de Catalunya se han autolesionado alguna vez en su vida. El porcentaje de los que se han autolesionado en el último año es mucho menor, entre el 1 y el 2%.

Las redes sociales figuran entre las causas del auge: inmediatez y necesidad de gustar

Anna Sintes Estévez, psicóloga clínica y doctora en psiquiatría y psicología médica del hospital de Sant Joan de Déu, indica que el fenómeno se disparó a partir del 2015, aproximadamente. “Anteriormente solo oíamos hablar de ello los especialistas en salud mental, porque lo hacían pacientes con algún trastorno mental, pero de repente comienzan a autolesionarse adolescentes y jóvenes sin trastorno diagnosticado, simplemente por malestar emocional. Es un cambio importante”, alerta.

No puede afirmarse científicamente que los jóvenes de hoy en día estén peor de salud mental que los de las generaciones precedentes, matiza la doctora. “Lo que ha cambiado es que la autolesión es muy frecuente como manera de afrontar las emociones negativas y las situaciones vitales estresantes, y es una estrategia que no se había utilizado antes. Es una conducta no saludable que, si evoluciona mal, conduce a lesiones más graves e ideas suicidas”. Además, es un problema mayoritariamente femenino, muy ligado a los trastornos de la conducta alimentaria, los problemas de personalidad y los casos de ansiedad o depresión. “Parece que las chicas están sometidas a más estrés tanto en lo que respecta a las exigencias respecto al cuerpo como por otros motivos”, teoriza Sintes Estévez.

El fenómeno afecta especialmente a las chicas y, si persiste, puede conducir a problemas mentales

Dani Vega, psicólogo y coordinador del grupo Greta, en el marco del Consorci Sanitari de l’Anoia i el hospital de Igualada, se niega a que el fenómeno se normalice. Antes, cuando entraba un caso de autolesión en una consulta de salud mental se encendían las alarmas. “Ahora lo vemos como algo más habitual. Si preguntamos a cualquier persona de 14 o 15 años probablemente nos diría que conoce a bastante gente que se lesiona”, afirma. Que sea un fenómeno altamente prevalente no significa que sea asumible: “Nos indica que estamos ante un joven más vulnerable que probablemente acabará teniendo alguna dificultad de salud mental o que en algún momento pensará en el suicidio”.

“Un problema de salud pública”

“Las autolesiones tienen un impacto grande en la calidad de vida de las personas afectadas y su entorno familiar. Además, tienen un impacto económico elevado en costes sanitarios. Las paradoja es que nos hemos ido acostumbrando y quizá no estamos prestando atención”, reflexiona Dani Vega. “Muchas chicas que empezaron hace 3-5 años las vemos ahora con ingestas de medicamentos o intentos de suicidio”, avisa Anna Sintes Estévez. Los especialistas ven urgente la implantación de planes específicos, empezando por la mejora del acceso a los servicios de salud mental para detectar los casos precozmente y por la información a la ciudadanía y en los ámbitos educativos, comunitarios y de la atención primaria. “Muchas cosas podrían evitarse. Yo no empecé a autolesionarme hasta después de más de un año de tener problemas. A lo mejor no habría empezado, pero el psicólogo del instituto dijo ‘tienes la edad del pavo, ya se te pasará’”, explica Julia.

Existe cierta controversia sobre las causas del aumento de las autolesiones, que son multifactoriales, pero las redes sociales aparecen en la cúspide. “Los jóvenes pueden ver imágenes o relatos de personas muy parecidas a ellos que se están autolesionando, y eso incita a la autolesión en una etapa evolutiva donde tienen más dificultades de regulación emocional”, dice Vega. 

Greta ha estudiado el impacto de las redes sociales exponiéndolos, mediante resonancia magnética funcional, a algo parecido a lo que ocurre en Instagram. “Los jóvenes que se autolesionan son muy sensibles al rechazo social, al feedback social negativo, a la falta de likes … Claramente, el entorno social virtual es un campo en el que tenemos que incidir de alguna manera, tiene un factor de inmediatez que en la vida real no es tan rápido”, afirma el psicólogo, y añade: “Una de las cosas importantes de la regulación emocional es aprender a tolerar el sufrimiento, y cuando tenemos la necesidad de que todo sea muy rápido es difícil hacerlo. La autolesión aparece como manera de rebajar el malestar emocional”. De todas formas, no todos los jóvenes que se autolesionan deben preocupar por igual. “Muchos lo hacen una vez o dos, de manera experimental, pero el que se autolesiona de forma habitual sí debe preocuparnos”… Més

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *