Adictos al porno con inteligencia artificial: “Mi mujer me pilló cómo desnudaba a muchas de sus amigas en el ordenador”

Hay adictos a la pornografía que dilapidan miles de euros en internet en un solo mes. Los hay que hocican en la ciénaga de la pedofilia y terminan detenidos. Están los que desarrollan disfunciones importantes de puertas adentro: ya no pueden tener sexo con su pareja si no media una pantalla. Existen los que necesitan tratamiento porque permanecen enganchados hasta seis horas al día en casa o en la oficina y, atiborrados de dolor y angustia, “se masturban hasta sangrar” (las comillas no son nuestras).

Pero aquí hemos venido a hablarles de un novísimo perfil de adicto. Una suerte de doctor Frankenstein que -gracias a las actuales herramientas digitales- coge una cara famosa de acá, unos pechos de allá y una melena de cine de acullá. Y lo mezcla todo en un ilimitado abracadabra para fabricarse su pornostar a medida.

Y si no es así, no hay nada.

Se llama Joselu, tiene 20 años y actualmente está en terapia psicológica debido a esta emergente adicción: la de que no te valga cualquier porno, sino solo el que te construyes tú. Que de su puño y letra suena como sigue.

“La semana pasada desnudé a una de mis hermanas mayores con inteligencia artificial -escribe-. Había normalizado tanto el incesto en el porno que pensaba que era lo normal. También lo hice con otros familiares, como una prima pequeña mía…”... Més

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