Las ciberestafas ya son el segundo delito más denunciado: nadie está a salvo de caer en la trampa
“Me suplantaron la identidad y acabé en el calabozo”, dice Mohamed Kadari, de 25 años y de Olesa de Montserrat (Barcelona). Durante la pandemia buscaba trabajo y vio en la aplicación Indeed una buena oferta como transportista. “Me seleccionaron en seguida y necesitaban DNI y carné de conducir por ambas caras, cuenta bancaria y número de afiliación”, explica. Lo mandó y nunca le llamaron ni supo más hasta que en junio de 2022, al levantarse, fue la policía local a su casa con una citación judicial.
La citación era de Elche (Alicante), llamó al juzgado y le dijeron que tenían una denuncia por estafa: “¿A quién he estafado?”, preguntó. A una mujer por un alquiler turístico de unos 900 euros, le dijeron. No era verdad. Alguien había suplantado su identidad en una cuenta bancaria solo con su nombre y número de DNI. Debía declarar un día por videoconferencia pero, tras horas de espera, se suspendió. Desde Elche le declararon por error en busca y captura. Kadari se presentó en la comisaría: “Me quitaron la ropa, me tomaron las huellas, fotos. Me metieron en el calabozo y me llevaron esposado en coche a declarar. El comportamiento de los mossos fue genial”, añade. El caso de Kadari sigue aún abierto. Con su nombre hubo otra estafa ya sobreseída en Murcia y ha encontrado en otros bancos al menos otra cuenta a su nombre… Segueix llegint